Toda producción artística es el resultado de una serie de operaciones. Esta afirmación, que puede resultar demasiado trivial o genérica, funciona como puntapié para articular el ordenamiento de los contenidos de la asignatura, que parte de lo general a lo particular.
Las múltiples posibilidades de organización de los materiales en la producción visual pueden ser abordadas desde el concepto de operación, entendido como una modificación o una transformación de ciertos componentes en el contexto de una totalidad. Si pensamos en y desde la producción artística la cantidad de alternativas que surgen es inagotable. A pesar de ello, podemos reducirlas a un pequeño número de operaciones que podríamos denominar básicas o generales.
Desde el campo de la retórica se delimitaron cuatro: adjunción (adición), supresión (sustraer), sustitución y cambio (variación del orden, permutación). Sin embargo, pueden considerarse a las dos primeras como fundamentales dado su predominio en la producción artística mientras que la sustitución y el cambio (o intercambio) se comprenden como operaciones derivadas. De ahí que el empleo de un conjunto de procesos formales provenga a menudo de estas dos operaciones elementales o, en otras palabras, configuraciones primarias.
Desde esta perspectiva, entonces, se propone una secuenciación que se organiza en función de estas dos operaciones, adición y sustracción, cuya apertura y transversalidad habilitan el despliegue de un segundo conjunto de acciones que circunscriben, con un mayor grado de especificidad, sus alcances al contexto de la producción visual. Los actos de unir, separar, superponer, atravesar y cubrir refieren en las artes visuales a procesos constructivos generales en los que los materiales y las herramientas intervienen categóricamente.
Este grupo de acciones atraviesa todas las disciplinas u orientaciones que componen la carrera de artes plásticas y puede ser abordado desde la experticia que involucra cada una de ellas. En este caso, los procesos que devienen son característicos o distintivos de las diferentes áreas disciplinares. Una de las maneras en las que los soportes pueden cubrirse, por ejemplo en la cerámica, en el grabado o en la pintura, da lugar a procedimientos concretos como esmaltar, estampar o pintar; en la escultura las formas tradicionales de unir se vinculan con el trabajo de fundir o soldar.
Sin embargo, este tercer agrupamiento de acciones no siempre está ligado a un área precisa ni a un modo de hacer definitivo, en numerosas ocasiones, son compartidos por más de una disciplina o, incluso, no se relacionan con ninguna de sus prácticas habituales, por ejemplo, plegar, coser o calar. Además de los desplazamientos alrededor de los usos corrientes de los soportes, las herramientas y los materiales; y los desbordes que presenta la producción artística contemporánea.
Frente a esta situación se impone la necesidad de distinguir las operaciones, las acciones y los procedimientos a los efectos de fundamentar la perspectiva asumida por la cátedra. De manera que la clasificación expuesta tiene el objetivo de proponer un cierto orden, por supuesto deliberado, que no trata de clausurar las definiciones, sino de alcanzar algunos acuerdos básicos en el dictado de la asignatura.
En este marco, los procedimientos dejan de ser vistos como un método rígido de reglas, normas y ejercicios prácticos que preexisten a la producción de las obras. En su lugar, se propone que les estudiantes configuren y se apropien de un conjunto específico de modos de hacer que no puede presentarse escindido de las materialidades, las herramientas y los soportes, ni de las decisiones que devienen de ese encuentro. No es posible, entonces, trasladar un método fijo y estructurar modos de ejecución por fuera de la materialidad, del contexto de funcionamiento -escala y emplazamiento- y de la intencionalidad.
Principalmente en las obras contemporáneas, la norma como esa fórmula o receta de reglas para un uso correcto no siempre puede erigirse como tal y extenderse sin problemas a otras obras. De ahí que el término procedimientos, con sus salvedades, se vuelva más amplio y abarcador que el concepto de técnica, emparentado a una práctica histórica precisa y a una tradición disciplinar.
La atención y la puesta en práctica de las variaciones procedimentales, formales y compositivas que se producen de acuerdo a las distintas operaciones a raíz de los cambios en los soportes, las herramientas y los materiales dan cuerpo a las dos primeras unidades pedagógicas de la materia. A partir de ello, se trabaja con la escala y el emplazamiento que promueven problemáticas significativas tanto en el proceso de realización como en las mutaciones de los procedimientos.